sábado, 29 de enero de 2011

Ejercicio albigense

Nos faltó esa segunda oportunidad que todo el mundo merece. Por lo menos, un vengarse de la fatalidad; la revancha contra el canto de la moneda; la segunda vuelta de unas elecciones ajustadas; que Eros hubiera podido algo contra Tánatos como prometían los ars amandi.

Creímos ser nosotros mismos los restos del naufragio: pecios y no robinsones.

Si hay Dios, odia a muerte a quienes supimos ser felices.