jueves, 3 de mayo de 2012

Poema fatuo XXVI

Nada es eterno si no está en permanente cambio. Por eso Dios necesita al diablo.

4 comentarios:

Marc Verlén dijo...

Pero Nietzsche murió... Así dejó de hablar.

Un abrazo.

La Maga Juglaresa de Carabás dijo...

Lo eterno es tan inabarcable que sólo puede perspectivizarse. A veces, cuando se mira sólo una parte, parece que ha cambiado. Por eso, los antiguos dioses son confundidos con diablos.

Dios y el Diablo son la misma cosa, y nuestra mirada es la que va cambiando.

Nadia dijo...

Me encanta el enfoque que le das a todas las cuestiones que abordas aquí y en tus poesías. Un saludo y muchos signos de 'admiración'

Marçal Font dijo...

Gracias, Nadia :-)
Marc, Nietzsche, Blake o Milton no son nada sin Job ;-)
María, recuerda Durkheim, yo soy dinamista, no teista, todo es cambio y nada más que cambio, digamos que lo veo en un sentido diametralmente opuesto al que expones, que no es lo mismo aunque parezca igual... ¡Fuera antropocentrismos! :P