Fueron los romanos quienes instauraron el concepto de 'auctoritas' oponiéndolo al de 'potestas', pero ya la grecia helénica pregonaba la imitación de los maestros como modo de aprendizaje. La 'potestas' se atribuía a quien ostentaba un poder de decisión aceptado socialmente y con vinculación legal, mientras que la 'auctoritas' se la ganaba quien gozaba de maestría en una disciplina determinada y tenía por ello una voz de peso a la hora de valorar una cuestión relativa a esa disciplina, pero sin vinculación legal directa aunque con un peso moral importante. Lo cuento de forma rápida y escasa porque lo que nos importa ahora es fijarnos en cómo este concepto ha sufrido un importante giro en nuestra tradición cultural al cabo de los siglos.
Si la 'autoritas' dictaba al resto de la sociedad a través de su ejemplo (corroborado por su propia obra) lo que era y lo que no era conveniente para lograr la excelencia en su disciplina, a medida que fue pasando el tiempo fue conviertiéndose en escaparate donde debían reflejarse los cánones éticos y morales que regían de antemano a esa sociedad y que le eran impuestos como condición a su status.
Un ejemplo contemporáneo de ese fenómeno lo encontramos en Michael Phelps, uno de los mejores nadadores de la historia. Tras batir todos los récords de velocidad y ganar lo que nunca nadie había ganado en esa disciplina (y sin Jacket), Phelps no es mirado como ejemplo de lo que puede hacerse y menos todavía de cómo debe hacerse. Al contrario, cuando fue pillado por la cámara de algún desaprensivo correveidile fumando marihuana en un bong, una jauría de yenas moralistas y de guardianes del dogma se le tiró encima. Cualquiera que haya fumado marihuana alguna vez sabe dos cosas: 1. La marihuana no ayuda para nada al rendimiento deportivo. Por el contrario, lo anula o dificulta, por lo que no puede considerarse doping sino lastre. 2. Nadie fuma de un bong la primera vez que fuma marihuana, por lo que seguro, seguro, esa no fue la primera vez de Phelps.
Al nadador se le echó en cara que no actuara de forma ejemplar, que no tuviera un comportamiento acorde a su status de 'auctoritas' de su disciplina. Ese es el giro del que hablamos. Estrictamente, si tomamos como ejemplo la azaña de Phelps deberíamos concluir que para ser el nadador más rápido de todos los tiempos, poco importa que fuera de competición se fume o no marihuana (quede claro que ese no es un texto apologético del THC). Pero en lugar de fijarnos en lo que hizo este señor, atribuirle por ello grado de 'auctoritas' y aprender de su ejemplo, hoy día premiamos la excelencia con una medalla y con una imposición: la obligación de convertirse en bandera de cara a la opinión pública de los postulados morales de una sociedad que cree que ya lo sabe todo para juzgar. Eso es, la 'potestas', por norma general recibida en herencia o ganada por las armas o el capital, tiene sometida a la 'auctoritas'. Pasa en natación y pasa en literatura. Demencial.
Si la 'autoritas' dictaba al resto de la sociedad a través de su ejemplo (corroborado por su propia obra) lo que era y lo que no era conveniente para lograr la excelencia en su disciplina, a medida que fue pasando el tiempo fue conviertiéndose en escaparate donde debían reflejarse los cánones éticos y morales que regían de antemano a esa sociedad y que le eran impuestos como condición a su status.
Un ejemplo contemporáneo de ese fenómeno lo encontramos en Michael Phelps, uno de los mejores nadadores de la historia. Tras batir todos los récords de velocidad y ganar lo que nunca nadie había ganado en esa disciplina (y sin Jacket), Phelps no es mirado como ejemplo de lo que puede hacerse y menos todavía de cómo debe hacerse. Al contrario, cuando fue pillado por la cámara de algún desaprensivo correveidile fumando marihuana en un bong, una jauría de yenas moralistas y de guardianes del dogma se le tiró encima. Cualquiera que haya fumado marihuana alguna vez sabe dos cosas: 1. La marihuana no ayuda para nada al rendimiento deportivo. Por el contrario, lo anula o dificulta, por lo que no puede considerarse doping sino lastre. 2. Nadie fuma de un bong la primera vez que fuma marihuana, por lo que seguro, seguro, esa no fue la primera vez de Phelps.
Al nadador se le echó en cara que no actuara de forma ejemplar, que no tuviera un comportamiento acorde a su status de 'auctoritas' de su disciplina. Ese es el giro del que hablamos. Estrictamente, si tomamos como ejemplo la azaña de Phelps deberíamos concluir que para ser el nadador más rápido de todos los tiempos, poco importa que fuera de competición se fume o no marihuana (quede claro que ese no es un texto apologético del THC). Pero en lugar de fijarnos en lo que hizo este señor, atribuirle por ello grado de 'auctoritas' y aprender de su ejemplo, hoy día premiamos la excelencia con una medalla y con una imposición: la obligación de convertirse en bandera de cara a la opinión pública de los postulados morales de una sociedad que cree que ya lo sabe todo para juzgar. Eso es, la 'potestas', por norma general recibida en herencia o ganada por las armas o el capital, tiene sometida a la 'auctoritas'. Pasa en natación y pasa en literatura. Demencial.